Tras un apagón masivo el sistema sanitario colapsará en poco tiempo. Centros de atención primaria, hospitales y clínicas se verán afectados gravemente por la falta de suministro eléctrico. Sin electricidad, muchas máquinas e instrumental sanitario dejarán de funcionar. Los pacientes que requieran pruebas de diagnóstico por imagen no podrían acceder a ellas. También los sistemas informáticos caerían, siendo imposible consultar el historial médico de los pacientes. Ataques de pánico, infecciones, accidentes, tratamientos interrumpidos, operaciones paralizadas... ¿Te imaginas el caos que provocaría todo esto en la población?
Ante la saturación de los centros sanitarios, el ejército montará hospitales de campaña cerca de las grandes ciudades para intentar contener la situación. En pocos días, solo será posible una atención primaria muy básica, con grandes cribados de pacientes en función de las patologías y la edad. Además de esto, será imposible la producción y distribución de fármacos y material sanitario, dejando a muchos enfermos sin su medicación y a los médicos sin armas.
Muchos sanitarios huirán con sus familias. Los pocos valientes que por vocación aguanten se verán avocados a practicar una medicina 'de guerra', en condiciones de higiene insalubre: sin agua, sin material, sin medicinas, sin luz... Más pronto que tarde, los hospitales se convertirán en grandes focos de epidemias. Deberás evitar ir, siempre y cuando, no sea estrictamente necesario.
Ante tal escenario, es importante contar con los recursos y los conocimientos necesarios para poder afontar una emergencia. En nuestro kit de supervivencia para el gran apagón no puede faltar:
1. Un botiquín de primeros auxilios y material sanitario.
2. Todo tipo de medicamentos. «Ver listado»
3. Plantas medicinales.
4. Libros o guías de medicina y primeros auxilios.
5. Productos para la higiene personal.
Imagínate estar inmerso en el escenario catastrófico descrito y que alguien de tu familia sufra una urgencia médica sin tener la posibilidad de ser atendido por un profesional. Ahora, intenta responder a estas preguntas: ¿sabrías asistir un parto?, ¿qué harías si te duele mucho una muela?, ¿sabrías hacer una reanimación cardio-pulmonar (RCP) a tu hijo?, ¿sabrías suturar una herida?, ¿y si tienes diabetes y te quedas sin insulina?, ¿y si se atraganta un bebé?...
Ante estas situaciones, y sin un profesional sanitario cerca, te convertirás en el médico de tu familia.